¿Qué es ser una mamá murciélago?

Me encanta dedicar tiempo a mi familia y mis hijas, aprender a ser madre con ellas, desde que nació la primera, he aprendido sobretodo a ser paciente (a veces), crear nuevas recetas para que les guste lo que comen, y lo que más me gusta, diseñar y crear su propia ropa, con todo, me considero una persona autodidacta que cuando se propone algo lo hace, aunque sean las 3 de la madrugada, de ahí mi nombre: "Una mamá murciélago" :)

martes, 28 de abril de 2015

Viajar con bebés, no es misión imposible!

Ayer regresamos de una visita de fin de semana express en las tierras de mi pareja, Galicia. El viernes, cuando íbamos de camino al aeropuerto empecé a ponerme algo nerviosa, no sabía cómo se portaría la enani, y como estuvo resfriada, no sabíamos si le molestarían los oídos, si le molestaría la "presión", o si lloraría, molestando a todos los pasajeros...

Antes de irnos fuimos al pediatra, en busca de consejos para su primer vuelo, ya que en dos días teníamos que coger cuatro aviones... Me aconsejó llevar alguna bebida que le gustara por si le molestaban los oídos, así que llevé manzanilla instantánea para la ida.

¡¡Esto se mueve!!
Las ventajas de viajar con bebés es que entras de los primeros en el avión, (aunque luego tienes que ser de los últimos en salir para que les de tiempo a subir el cochecito a la puerta del avión), y que puedes pasar líquidos por el control, sin que te pongan pegas, siempre que sean para el bebé; agua, zumos, etc hasta los 3 años, creo que me dijeron. Lo único que tienes que enseñar todos los alimentos, pomadas y bebidas que lleves en el neceser/bolso.

Nada más entrar la niña se cameló a tod@s l@s azafat@s, parece mentira que tanta gente quiera hacer caso a un bebé que no conocen. Lo primero que hicieron fue entregarnos el cinturón de seguridad para bebé y el chaleco salvavidas. Ya acomodados y listos para el despegue, {ya os podéis imaginar, entre el tiempo de subir al avión y despegar, debí hacer como 100 fotos... ¡Era su primera vez volando!}, arranca el avión y lo único que hizo la niña fue alucinar, miraba por la ventana con cara de asombro, y luego a nosotros, pero no se quejó en ningún momento, es una campeona! Algo después del despegue, se quejaba un poco y le di la manzanilla, que la tranquilizó y dejó de quejarse, no sé si era por aburrimiento, por los oídos o por agobio, la cuestión es que se le pasó ;)

Luego nos tocó un par de horitas de escala en Madrid, y de vuelta al avión en dirección A Coruña, ya de noche, le volvió a gustar volar, y más viendo todas esas lucecitas como se iban alejando poco a poco. De nuevo el personal de Air Europa muy majos.

A la vuelta en el vuelo de A Coruña - Madrid, hubo unas turbulencias algo intensas, que hasta una azafata que pasaba por nuestro lado tuvo que sentarse porque casi se cae... y mientras la niña, se lo pasaba pipa, el padre medio asustado y ella partiéndose de risa! Pero bueno, quitado de eso, fue perfecto, por lo único que se quejaba la enana era porque no le dejaban coger todos los catálogos, revistas y cartas de menús que vienen en cada asiento.

Llegamos a Madrid de nuevo y la escala fue algo más larga aquí, casi 4 horas en el aeropuerto...

Al fin, después de más de media hora de retraso, abrieron el embarque y pudimos entrar en el avión, la peque se había quedado dormida y se despertó al cogerla en brazos... La pobre, con sueño y con hambre, y nosotros sin poder movernos de los asientos mientras subían el resto de pasajeros. Uno de los azafatos nos entregó nuevamente el cinturón para bebé y el chaleco salvavidas, preguntando si conocíamos el uso del chaleco, a lo que respondimos que si, ya que como nadie nos había explicado antes, supusimos que sería igual que el de los adultos, pues no! y nos explicó como funcionaba muy amablemente. Despegamos y esta vez si que la nena se puso a llorar, una vez apagada la luz de los cinturones, pregunté si me podían calentar el agua del biberón para que se calmara y se durmiera de nuevo, tuvimos que avisar dos veces... Y una vez se llevan el bibe, se acercó mi madre a la "cocina" para que tampoco lo calentaran en exceso, y la mujer que lo calentaba, algo estupidilla, le dijo, -"señora, es al baño maría, estará cuando esté..." a todo esto, la niña sin dejar de llorar, viendo como todos se giraban con cara de molestia hacía nosotros (y es que yo soy la primera que reconozco que un bebé llorando en un avión, si no es tuyo, puede llegar a molestar mucho) se pararon varios azafatos a ver si nos podían ayudar, y finalmente uno fue a buscar el biberón (bajo mi petición) estuviera como estuviese de caliente... Se lo dimos y ya se tranquilizó, y luego se durmió hasta llegar a casa.

Fue una experiencia nueva y divertida en gran parte.

Los pros en el aeropuerto:
Poder llevar todo lo necesario para el bebé sin tener que dar explicaciones.
La posibilidad de llevar el cochecito hasta la puerta del avión.

Contras:
Que te hagan sacar todo lo que sea líquidos y alimentación de la bolsa.
Tener que sacar a la niña del cochecito para pasar éste por el escáner.

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